A los 50 años, Clara (Roth) se había quedado pelada – situación que la angustiaba mucho - y empezó a sospechar que su marido (Machín) tenía muchas amantes. Él la llevó al psiquiatra, quien le diagnosticó un delirio causado por los celos y le recetó unos medicamentos que Clara jamás tomó. Lejos estaba de imaginarse que la obsesión de su mujer llegaría tan lejos. Estrategias y persecuciones se transformaron en algo cotidiano para Clara, para quien toda mujer joven y atractiva era plausible de ser la amante de su marido. Un destino agorero quiso que una de esas féminas (interpretada por Julieta Díaz) se cruzara en el camino de Clara, lo que significó el principio del martirio de esa pobre desconocida y el despertar de una inagotable paranoia que culmina con un trágico final.